Este curso de Neuroeducación ha supuesto para mí una reafirmación en muchas ideas previas que ya tenía, una reafirmación, consolidación y conocimiento de otras nuevas.
Viajando por el cerebro y conectándolo con el aprendizaje he encontrado el motor del mismo que es la emoción. De la mano de las emociones podemos conseguir cualquier objetivo que nos propongamos. Comunicando nuestro afecto se crean unos vínculos muy poderosos que dan lugar a experiencias memorables. Pero todo esto no podría ser de otra forma que en grupo, unidos unos con otros , aprendiendo juntos. La autoestima cobra especial relevancia empoderándonos para conseguir nuestras metas. Todo esto cobra sentido si la actividad es experiencias y con ello le damos un significado y sentido real. La Neurociencia nos regala un gran poder que como docentes debe ser una herramienta fundamental para trabajar con nuestro alumnado, que no es ni más ni menos, que el futuro.
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